Una vez me dijeron que sería el amante perfecto. No es que sufra de falta de modestia, pero tiene razón. Lo sería si alguien me dejase, si alguien se ofreciese voluntario para ocupar un trocito de mi corazón, y no fuesen siempre extraños conocidos los que se cuelan sin pedir permiso ya que encontraron la llaven por casualidad, sin proponérselo, ocupando el hueco que otro merece.
Pero ni siquiera sé si alguien lo quiere en realidad o si sólo es el anhelo el que me hace continuar con la esperanza de que algún día aparecerás, quizás no tan perfecto como te soñé, no pido tanto. Me conformo con cariño, ni pasión, ni falsas promesas que lo único que consiguen es crear ilusiones que tropiezan y se rompen como cristales rotos y que quiebran mi reflejo al otro lado del espejo. Sólo cariño, no quiero más. Sentirme querido y guapo en todos los sentidos, sin pensar en finales, sin que existan finales. Como la primera vez.
Escribo ahogando palabras para no seguir sintiendo. Descifro las miradas buscando una respuesta, una señal que me permita reconocerte y no dejarte escapar. No me gustaría perder la oportunidad de que te fueras sin decir adiós, y menos aún sin decir hola.
La noche se me pasa, pero la luna se ve tan blanca que me hace creer en luz, sin pensar que no es más que otro engaño, otra ilusión de mi mente que amolda la realidad a lo que quiere que sea. Mi mente, la misma que me ha hecho saltar al vacío alguna vez. Yo, que sólo tengo miedo una vez no hay remedio.
Pero ni siquiera sé si alguien lo quiere en realidad o si sólo es el anhelo el que me hace continuar con la esperanza de que algún día aparecerás, quizás no tan perfecto como te soñé, no pido tanto. Me conformo con cariño, ni pasión, ni falsas promesas que lo único que consiguen es crear ilusiones que tropiezan y se rompen como cristales rotos y que quiebran mi reflejo al otro lado del espejo. Sólo cariño, no quiero más. Sentirme querido y guapo en todos los sentidos, sin pensar en finales, sin que existan finales. Como la primera vez.
Escribo ahogando palabras para no seguir sintiendo. Descifro las miradas buscando una respuesta, una señal que me permita reconocerte y no dejarte escapar. No me gustaría perder la oportunidad de que te fueras sin decir adiós, y menos aún sin decir hola.
La noche se me pasa, pero la luna se ve tan blanca que me hace creer en luz, sin pensar que no es más que otro engaño, otra ilusión de mi mente que amolda la realidad a lo que quiere que sea. Mi mente, la misma que me ha hecho saltar al vacío alguna vez. Yo, que sólo tengo miedo una vez no hay remedio.

1 comentario:
Hola, kadaj. Siento molestarte de nuevo pero he estado analizando tu comentario detenidamente y quisiera que me aclarases lo que has querido decir antes de sacar mis propias conclusiones. Te agradecería que me dejases otro comentario cuanto antes explicándote, ya que de otra forma borraré el primero y pensaré que has querido ofenderme. Si me equivoco te pido perdón, sólo quiero aclararlo, porque ya sea por mi forma de leer o por otros motivos no he conseguido entenderlo. Un saludo y gracias.
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