Sé que es horrible, pero desde este finde, el peor momento del día ha dejado de ser cuando me suena el despertador para convertirse en cuando vuelvo a casa. Porque pienso que entonces te tendré que llamar, y después de lo que me dijiste, ahora mismo no me apetece. Llámalo rabieta, o tontería, quizás lo sea, pero hasta que no se me pase esas ganas que antes tenía de llegar a casa y coger el teléfono, no volverán.
Y no me gusta estar así. Es más, odio estar así. Pero así es como me siento. Me dirás que piense la forma de solucionarlo, y tú seguramente ya estés haciéndolo, cuando hablamos y tú sigues riéndote alguna vez como antes. Pero ahora mismo no puedo hacer eso yo, lamento decir que he perdido parte de la confianza que tenía en ti.
Y me ha dolido, y por primera vez desde que te conozco se me ha pasado por la cabeza la idea de dejarte. Pero tampoco quiero eso. No voy a obedecer a un impulso basado en un fin de semana de entre los muchos que hemos tenido en los últimos siete meses. Ya te dije que iba a luchar por ti, aunque sea doloroso. Porque me merece la pena, porque quiero descubrirte, porque quiero que me descubras y, en definitiva, porque te quiero. Sólo esta última ya sería razón suficiente.
Pero me parece que cuanto más te enseño de mí, más crees saber de mí, sin fijarte en lo que realmente te muestro. Me esfuerzo por juntar lo que soy con lo que quiero ser de la forma más perfecta posible, lo mejor que sé al menos. Y tú llegas y me dices que es mejor de otra forma. Puede que tengas razón, pero déjame descubrirlo. Aún estoy bastante perdido en este mundo como para que me pongas tantas pruebas que superar.
Sólo te pido eso. Déjame descubrirlo por mí mismo. Déjame descubrirme.
Y no me gusta estar así. Es más, odio estar así. Pero así es como me siento. Me dirás que piense la forma de solucionarlo, y tú seguramente ya estés haciéndolo, cuando hablamos y tú sigues riéndote alguna vez como antes. Pero ahora mismo no puedo hacer eso yo, lamento decir que he perdido parte de la confianza que tenía en ti.
Y me ha dolido, y por primera vez desde que te conozco se me ha pasado por la cabeza la idea de dejarte. Pero tampoco quiero eso. No voy a obedecer a un impulso basado en un fin de semana de entre los muchos que hemos tenido en los últimos siete meses. Ya te dije que iba a luchar por ti, aunque sea doloroso. Porque me merece la pena, porque quiero descubrirte, porque quiero que me descubras y, en definitiva, porque te quiero. Sólo esta última ya sería razón suficiente.
Pero me parece que cuanto más te enseño de mí, más crees saber de mí, sin fijarte en lo que realmente te muestro. Me esfuerzo por juntar lo que soy con lo que quiero ser de la forma más perfecta posible, lo mejor que sé al menos. Y tú llegas y me dices que es mejor de otra forma. Puede que tengas razón, pero déjame descubrirlo. Aún estoy bastante perdido en este mundo como para que me pongas tantas pruebas que superar.
Sólo te pido eso. Déjame descubrirlo por mí mismo. Déjame descubrirme.

1 comentario:
Me encanta como escribes y quiero decirte que todo lo que cuentas es totalmente normal. Suele pasar cuando las relaciones o las amistades "comienzan", se que 7 meses es bastante,pero... no lo suficiente para conocerse totalmente; y seguro que igual que esa persona no te conoces tu a ella tampoco tanto como crees.
Sigue descubriendote y haciendo que los demás te decubran tal cual eres.
un saludo
Publicar un comentario