Hoy, haciendo limpieza en mi habitación, me he encontrado con algunos cuadernos viejos. En realidad tienen pocos años, ya que ni siquiera yo puedo considerarme viejo. Pero al mirar en su interior y ver las páginas repetas de cartas, recuerdos y canciones me he dado cuenta de lo rápido que pasa la vida y de todas las cosas que podemos llegar a vivir.
Hace años pensaba que el mundo se acababa más allá de lo que yo conocía, hace años me daba demasiada importancia a veces y muy poca en otras ocasiones. Era entonces cuando aún nadie me conocía, ni siquiera yo, lo más mínimo; era entonces cuando me refugiaba en láminas de celulosa y tintas de colores como única forma de escapatoria de la realidad.
Ahora escribo menos cuando antes rellenaba fácilmente un folio al día. Cuando llegaba a escribir cuatro canciones en una sola tarde sin que decreciese la poca calidad que pudiesen tener. Antes me retraía e intentaba pasar lo más desapercibido posible quejándome siempre de estar desatendido. Tenía sueños que cumplir, sueños que se sostenían por los cimientos que otras personas habían puesto en mi cabeza.
Es dificil derrumbar todo eso, sobre todo cuando no estás seguro de que eso sea lo correcto. Cuesta abrirse camino dentro de uno mismo por muy contraditorio que sea. Y la ´unica arma que he descubierto hasta el momeno para hacerlo es tener los ojos bien abierto, darte cuenta de cómo es el mundo que te rodea e intentar conocerlo en su más amplio espectro.
Ojalá hubiese crecido siendo un niño, y no un proyecto de persona. No tendría que volver a empezar ahora.
Hace años pensaba que el mundo se acababa más allá de lo que yo conocía, hace años me daba demasiada importancia a veces y muy poca en otras ocasiones. Era entonces cuando aún nadie me conocía, ni siquiera yo, lo más mínimo; era entonces cuando me refugiaba en láminas de celulosa y tintas de colores como única forma de escapatoria de la realidad.
Ahora escribo menos cuando antes rellenaba fácilmente un folio al día. Cuando llegaba a escribir cuatro canciones en una sola tarde sin que decreciese la poca calidad que pudiesen tener. Antes me retraía e intentaba pasar lo más desapercibido posible quejándome siempre de estar desatendido. Tenía sueños que cumplir, sueños que se sostenían por los cimientos que otras personas habían puesto en mi cabeza.
Es dificil derrumbar todo eso, sobre todo cuando no estás seguro de que eso sea lo correcto. Cuesta abrirse camino dentro de uno mismo por muy contraditorio que sea. Y la ´unica arma que he descubierto hasta el momeno para hacerlo es tener los ojos bien abierto, darte cuenta de cómo es el mundo que te rodea e intentar conocerlo en su más amplio espectro.
Ojalá hubiese crecido siendo un niño, y no un proyecto de persona. No tendría que volver a empezar ahora.

No hay comentarios:
Publicar un comentario