lunes, 28 de enero de 2008

Vivir aprendiendo

Es difícil salir de la cotidianidad cuando tenemos tantos deberes y obligaciones que cumplir. Los estudios, el trabajo, las labores del hogar dejan en un segundo plano los viajes, los conciertos, las fiestas, y todo lo que generalmente denominamos como diversión. Y no es que todo lo anterior no pueda ser interesante y queramos hacerlo, pero como se suele decir: lo poco gusta, lo mucho cansa.

Y es que tampoco seríamos capaces de estar todos los días en una discoteca; acabaríamos agotados y hasta las narices igualmente. Pero fue pensando estas cosas que pensé que tengo que aceptar el hecho de que estoy cursando una carrera y que tengo que aprovechar para aprender, pero a su vez, tengo que pensar en los ratos libres que tengo y organizarme para aprovecharlos, para moverme más, para seguir aprendiendo.


Quizás sólo se trate de eso, de ver, explorar y descubrir para, en definitiva, aprender.



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