La distancia siempre es una maldición... ¡Cuán cierta es esta frase! Siempre pensé que una vez tuviese lo que tanto ansiaba, dejaría de preocuparme por lo demás... Pero no parece ser así. Los tiempos de ausencia son largos y la soledad da lugar a sentimientos extraños. Lo que hace que a veces me pregunte cuánto se puede llegar a echar de menos a una persona.
He descubierto que incluso más que cuando esa persona ni siquiera existía. "Vale más haber amado y haber perdido que nunca haber amado"... Si, pero también duele más... Y aunque todavía no te he perdido, no puedo amarte cuando me dé la gana porque estás lejos. ¡Y haces bien! Disfruta ahora que puedes, de la misma forma que lo hice yo a principios de julio.
Ve, descubre y recuerda. Haz fotos para que cuando vuelvas pueda ver lo mismo que tú, escuchando lo que me cuentes sobre cada segundo de tu viaje de tal forma que yo pueda revivirlo a través de tus ojos y de tus palabras. Quiero que me lo cuentes mientras estamos tumbados en cualquier parte: un jardín, un banco, tú cama o la mía... Me da igual, mientras que cada poco me repitas "...y esto me recordó a ti..." o frases por el estilo, de tal manera que pueda girarme y darte un beso... Todos esos besos que no nos podemos dar ahora mismo.
Ese pensamiento es el que me anima y gracias a él no me permito estar triste, de no ser así, sólo Dios sabe cuántas lágrimas lloraría... Pero pienso en que volverás y nada habrá cambiado. Tú sonreirás en cuanto me veas y mis piernas estarán temblando mientras te espero donde quiera que quedemos. Y mientras tanto, nuestros corazones latirán al unísono...
Ve, descubre y recuerda. Haz fotos para que cuando vuelvas pueda ver lo mismo que tú, escuchando lo que me cuentes sobre cada segundo de tu viaje de tal forma que yo pueda revivirlo a través de tus ojos y de tus palabras. Quiero que me lo cuentes mientras estamos tumbados en cualquier parte: un jardín, un banco, tú cama o la mía... Me da igual, mientras que cada poco me repitas "...y esto me recordó a ti..." o frases por el estilo, de tal manera que pueda girarme y darte un beso... Todos esos besos que no nos podemos dar ahora mismo.
Ese pensamiento es el que me anima y gracias a él no me permito estar triste, de no ser así, sólo Dios sabe cuántas lágrimas lloraría... Pero pienso en que volverás y nada habrá cambiado. Tú sonreirás en cuanto me veas y mis piernas estarán temblando mientras te espero donde quiera que quedemos. Y mientras tanto, nuestros corazones latirán al unísono...

No hay comentarios:
Publicar un comentario