viernes, 31 de agosto de 2007

Amarrado a ti

"...porque ya no me muevo, tú me arrastras."

Pienso en todo lo que hemos hablado y no puedo hacer más que llegar a una conclusión, quizás no tan romántica y bonita como ambos esperamos, pero sí mucho más realista, más cercana a la realidad. Y es que creo que me estoy apoyando demasiado en ti. Tengo la sensación de que si te pierdo no tendré nada a lo que aferrarme. Cosa que no es verdad, ya que ahora más que nunca me siento rodeado de gente que me quiere a pesar de todo; a pesar de que a veces sea distante, a pesar de que diga tan poco y a pesar de que sea un completo y absoluto desastre.

Y es por eso que tengo miedo. ¿Cómo no voy a tenerlo? Tengo miedo a perderte y no saber encontrar nada. De ver un vacío bajo mis pies y sentirlo dentro de mi corazón, un vacío tan frío que hasta haga daño. Pero debo darme cuenta de que tú, al igual que mis amigos y mi familia, me completas. Y aún así no puedo permitirme hacerte indispensable. Ya que eso es lo que trae tanto miedo y dolor. Me completas...y mucho, pero sin ti todavía quedaría algo. Todavía quedaría yo.

Ojalá pudiese estar amarrado a ti para siempre. Pero me temo que Cupido no da garantías (estaría arruinado si así fuera). Y aunque no quiero que pase nunca, tengo que saber que podría vivir sin ti, igual que lo he hecho hasta ahora. Peor que como lo haría contigo.



viernes, 24 de agosto de 2007

Ellas

Últimamente me noto algo cansado. Y creo que es porque no hago nada. Creoq ue cuanto menos te exiges a ti mismo, menos eres capaz de hacer. Por eso siempre estoy intentando hacer cosas nuevas, a pesar de que luego la mitad de esos "proyectos" no lleguen a ningún puerto.

A pesar de saber que siempre me embarco en demasiadas cosas "me apunto a un bombardeo", he pasado mucho tiempo solito en Madrid estos días, sin nada que hacer más que escuchar música, ver la tele y, por desgracia, estudiar. Así que cuando me han dicho de salir hoy y he dicho que no tenía muchas ganas, me he preocupado hasta yo.

Yo, que generalmente soy el primero en preguntar dónde y cuándo sin poner muchas trabas, ahora no me apetece estar mucho tiempo por ahí. Y eso no es normal. Me he dicho a mí mismo: "Eso no puede ser, haz un esfuerzo por salir y pásatelo bien que hace mucho que no sales, y ahora está todo el mundo estudiando y no sabes si podrás salir mucho más hasta septiembre."

Y así estoy ya, con todo pensado sobre lo que me voy a poner y con ganas de ver a un par de amigas que hace mucho qu eno veo (o al menos esa es la sensación que tengo).Con todo apunto para descargar mis pilas completamente y despertarme mañana con ellas completamente cargadas.

Por ellas. Por mí.

sábado, 18 de agosto de 2007

La distancia siempre es una maldición

La distancia siempre es una maldición... ¡Cuán cierta es esta frase! Siempre pensé que una vez tuviese lo que tanto ansiaba, dejaría de preocuparme por lo demás... Pero no parece ser así. Los tiempos de ausencia son largos y la soledad da lugar a sentimientos extraños. Lo que hace que a veces me pregunte cuánto se puede llegar a echar de menos a una persona.

He descubierto que incluso más que cuando esa persona ni siquiera existía. "Vale más haber amado y haber perdido que nunca haber amado"... Si, pero también duele más... Y aunque todavía no te he perdido, no puedo amarte cuando me dé la gana porque estás lejos. ¡Y haces bien! Disfruta ahora que puedes, de la misma forma que lo hice yo a principios de julio.

Ve, descubre y recuerda. Haz fotos para que cuando vuelvas pueda ver lo mismo que tú, escuchando lo que me cuentes sobre cada segundo de tu viaje de tal forma que yo pueda revivirlo a través de tus ojos y de tus palabras. Quiero que me lo cuentes mientras estamos tumbados en cualquier parte: un jardín, un banco, tú cama o la mía... Me da igual, mientras que cada poco me repitas "...y esto me recordó a ti..." o frases por el estilo, de tal manera que pueda girarme y darte un beso... Todos esos besos que no nos podemos dar ahora mismo.

Ese pensamiento es el que me anima y gracias a él no me permito estar triste, de no ser así, sólo Dios sabe cuántas lágrimas lloraría... Pero pienso en que volverás y nada habrá cambiado. Tú sonreirás en cuanto me veas y mis piernas estarán temblando mientras te espero donde quiera que quedemos. Y mientras tanto, nuestros corazones latirán al unísono...